sábado, 5 de octubre de 2013

18 EL PASTEL

Slayers
Desde hace semanas todas las noches parecen fundirse en una misma. A las diez y tres minutos mi madre aparece en el umbral del salón y camina hasta la cocina. Entonces se detiene siempre en la última baldosa antes de entrar y nos mira mientras se balancea adelante y atrás atrapada en un último paso que no se atreve a consumar. Yo me trago las lágrimas que mi abuela nunca se guarda mientras me pide silencio, respeto y comprensión. Yo comprendo qué mamá está tan atada a nuestro Lebu natal como a nuestros corazones. Pero yo no quiero mirarla más. No quiero guardar silencio. Quiero que se vaya. Que se dé cuenta que nunca llegó a la cocina. Que papá, en su locura, la alcanzó con el hacha a las diez y tres minutos. Que nunca llegó a saber si el pastel que nos preparaba estaba ya en su punto. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario