lunes, 17 de noviembre de 2014

051 HUIDA

"Huida" por Chaca



Lincoyán dejó de subir por el camino viejo que va a Lebu. El alijo de emociones sucias, que desconocía hasta ese día, detuvo su huida. Sentado en un tocón, parecía preguntarse si así era el momento que precede al suicidio, pero no pensaba en eso, ni siquiera pensaba. Sólo veía con su ojo interior a su doncella, junto a él, sobre el trumao en ese profundo atardecer de invierno lebulense. Con su mirada, le pedía perdón. Todo le era imposible. Sonreía silente. Bebió un trago de fuerte que traía con él y siguió a paso firme. El norte, el sur o Chiloé tal vez, daba igual el derrotero de su vida, solo tenía que huir y dejar viudas a las bandurrias con su canto. Ese canto reproducía claramente lo que Lincoyán sentía. Ni la lengua del patrón, ni la del cura podrían se quiera acercarse a lo que esas aves decían.   








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