Esa noche recorrí la ciudad cuyo
nombre llevo con propiedad, como la vista urbana del lugar que es un recuerdo
para nunca olvidar. Las risas y la alegría de una cueca singular, me hicieron
recordar, lo calurosa y generosa que es la gente de esta ciudad. Tímidamente me
acerqué al cementerio, donde mis antepasados visité. Cerca cruzaba un río por
el cual sobrevolé, andado y andado con el mar me tropecé, inmenso y gigante
como el faro en que soñé. Desde allí veía un muelle y a su gente curiosear, la
misteriosa caverna que desde la playa se accede a visitar. Quien soy preguntó
un minero, que soy un joven pequeño, no soy más que el sereno, tan solo soy el
simple viento que recorre los senderos. Y si mi nombre quieres saber, solo
debes releer.
¡LarArt!
Esta forma de escribir, tiene puño, letra y estilo venezolano. Felicidades.
ResponderEliminarLike, se puede visualizar la costa y gran parte de este sitio, y la incógnita del nombre del viento lo hace super interesante el leerlo.
ResponderEliminarExcelente, me gustan las descripciones de los lugares
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