La noche luce más
oscura de lo normal, y Lebu a sus espaldas es como un fantasma enorme, sereno y
expectante. La briza que proviene del mar es cálida como el fogón de la casa.
Sus pies descalzos se hunden en la arena con cada paso, y el trago amargo
pronto a beber, cierra su garganta con un lazo invisible. Un miedo primitivo se
apodera de su cuerpo, la impulsa a retroceder, pero ella lo arranca como raíz
podrida de suelo fértil. Es consciente del baile de su vestido, del viento que
se cuela por debajo y acaricia el interior de sus muslos. De sus senos firmes
bajo el brasier, y de la mochila llena de rocas que descansa sobre su espalda.
Cuando el agua acaricia sus pies, no hay duda en su corazón, ni en su andar. Al
tercer canto de un ave nocturna, solo sus cabellos se esparcen sobre la
superficie del mar.
Beyond the Matrix
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