59.- "Tedeum" por Alexander
En un silencio vacuo, en torno a la desesperanza, Lebu se
entregó a la voluptuosidad, se entregó asueto. Sorprendido por la añoranza
regresó a su nacimiento, volvió para quedarse. En los tiernos confines del
origen desconocido, se instauró en el tremendo olvido. Lebu estaba muerto y
lloraba sobre su propia tumba. Por él se entonó el tedeum, por él se entonará
el tedeum. Lebu era una palabra, Lebu era un sentimiento.
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