lunes, 3 de septiembre de 2012

El dolor de la nada


49.- "El dolor de la nada" por Doctor G
Xyz comía sus uñas con avidez; mas no era la típica persona que realizaba este acto por nervios o manía incontrolada, ni recibía los reproches familiares por ese mal hábito.
No, Xyz masticaba sus uñas como un ejercicio ilusorio de masticación alimenticia.
Con el tiempo acometió con las cutículas y con las yemas de los dedos, más pulposas y de dulce sabor.
Reemplazó sopas, bifes y quesos por falanges, falanginas y falangetas.
Había aprendido a sostener su cuerpo alimentándose del mismo.
Se ejercitó hasta lograr contorsiones que le facilitaron hincar los dientes en tobillos y muslos. Saboreó cada una de sus orejas.
Finalmente, en ausencia de manos extendidas en aquella ciudad de Lebu, clavó los dientes sobre su carnoso corazón.

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