lunes, 3 de septiembre de 2012

El antojo


45.- "El antojo" por Bienmandado
La lluvia había disipado. Alfredo cogió la bolsa del pan y salió raudo calle abajo. Sólo en el centro de Lebu podría encontrar un lugar donde comprar a esa hora.
-Y un tarro grande de piñas – pidió y luego lo instaló dentro de la bolsa junto al pan.
De vuelta, también corrió hasta el inicio de su calle.
-Dame toda la plata que andís trayendo – le dijo el “flaite” que lo amenazó con un cortaplumas.
-Gueón, te pego un bolsaso, déjame pasar – respondió entre altanero y agitado.
-¿Con una bolsa con pan?. Pega pos gueón.
No lo pensó dos veces. Apretó la bolsa y se la estrechó contra la cabeza. Luego saltó por sobre el aturdido y raudo corrió hasta su casa. Sabía que el antojo de su mujer, de comer piñas en conserva, con sus seis meses de embarazo, no podía esperar.        

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