En
la profundidad de la tierra su amado Pancho desapareció. Recordó un poema
cuando él la pretendía.
“Cada día o cada noche golpeo la roca
lo
valioso de ella bajo sus capas encuentro
búscame
bajo mi manto estoy ahí muy dentro
¿
podrás tú limar mis asperezas con tu
boca ?
Aun
ferviente me pidas que no vaya a la roca
nadie
soy sino hago lo que me asusta en mi centro
si
me esperas en el hogar nuestro rápido entro
a
tomar tu sopa que siempre me sabe a poca
Como
yo a la roca acéptame con mi rareza
allá
abajo pienso siempre en ti aun que no me ves
dulce
mía deja a mi corazón pretender
Amor
de alguna forma existiré ten la certeza
con
mi cuerpo o en espíritu donde tú estés
acompañando
tu senda y también tu querer
El haz del faro de Lebu brilló en
las lágrimas que le caían.
Serrana Donoso
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