Si usted avanza por la calle Ríoseco, en dirección al norte, pronto arribará a la calle Blanco, y más allá se topará con el río Lebu ("leufu"), es decir, ¿verdad?, con el río río del Bío-Bío. Pero si usted quiere llegar hasta lo de Gabriela, quiero decir, hasta su calle, pero ¿por qué no?, también hasta sus versos, deberá cruzar el puente que va hacia (o viene desde) la naturaleza. Porque si en vez de doblar hacia su derecha, internándose en Gabriela, dirigiera su mirada hacia el oeste, cruzaría un breve desierto, con alguna que otra casita aislada, y al fin llegaría a la playa, allí donde el río y el mar se hermanan. Y tal vez le vengan a la memoria esos versos que dicen: "Hay países que yo recuerdo / como recuerdo mis infancias. / Son países de mar o río, / de pastales, de vegas y aguas".
El Lujanense
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