En la hora del silencio se escucha
lo esencial. Lebu duerme bajo las luces de la calle; cada
gota estalla contra el zinc, contra la
calle a veces. Espero esos pequeños
pasos que se apresuran a tomar el bus del hospital; un tratamiento de quimioprofilaxis de un
cáncer que ya no tiene vuelta. Miradas de compasión esconden lo que ya
sabes; tu madre no se resigna, te acompaña con esos pasitos de taco que junto a
tus zapatillas bajan por calle Camarón. Este es tu último viaje al mundo de los
delantales blancos y te ríes con las
bofetadas de viento en tu cara; es como si el mar dejara de rugir por un
momento y se alojara en tu mejilla. Ya
no lloras. Dejaste la última gota de
miedo en los ojos del médico que habló con la verdad: Tranquilo, la morfina te
acompañará en esta última espera.
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