10.- "El Espejo Humeante" por Altair
Se acercó
rápidamente a la puerta apenas divisó la luz moribunda al otro lado de la
habitación. Buscó desesperadamente las llaves y pensó que acabaría todo, que el
abismo lo alcanzaría una vez que el ascensor abriera sus enormes puertas frente
a la habitación. La luz brillaba por debajo. Cuando encontró la llave correcta
sus manos temblaban, desbloqueó el cerrojo de arriba y escuchó el ascensor
arrimarse en la profundidad del piso, era el fin. Pero de un momento a otro
consiguió abrir la puerta. Una luz prendida, la alfombra verde labrada que
salía a sus primeros pasos, la luz que no se prendía con el interruptor del
medio, el salón principal y el sofá frente al televisor; el humo del espejo
roto en medio de la habitación; su silueta en el infinito esperando con
ojos de animal la noche interrumpida de Lebu, era él, él esperando la muerte.
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