viernes, 31 de agosto de 2012

Ahicito nomás

38.- "Ahicito nomás" por Anita Lighuen
Después del puerto de la ciudad de Lebu y su río hay tres esquinas por donde asoma la primera estrella.  Cuando algún extranjero pregunta,  un lugareño dispuesto le responde: son los vecinos que alguna vez plantaron ese árbol. Su copa frondosa, que en el invierno le da abrigo a cientos de aves y en verano, androides, tanos, clones, lunáticos y venusinos, hombres, mujeres, chicos, arturitos, perros y gatos se sientan a descansar bajo su sombra. Para soportar el peso de tantas ramas y hojas, el árbol posee un tronco muy grueso y una poderosa raíz, que lo aferran a la tierra para que no corra peligro con los meteoritos que algún distraído vio caer. Dicen los que saben que la raíz es tan grande como su copa. Si usted quiere conocerlo véngase nomás a mi pueblo, acá arriba a la derecha ahicito nomás del lucero.

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