38.- "Ahicito nomás" por Anita Lighuen
Después del puerto de la
ciudad de Lebu y su río hay tres esquinas por donde asoma la primera
estrella. Cuando algún extranjero
pregunta, un lugareño dispuesto le
responde: son los vecinos que alguna vez plantaron ese árbol. Su copa frondosa,
que en el invierno le da abrigo a cientos de aves y en verano, androides, tanos,
clones, lunáticos y venusinos, hombres, mujeres, chicos, arturitos, perros y
gatos se sientan a descansar bajo su sombra. Para soportar el peso de tantas
ramas y hojas, el árbol posee un tronco muy grueso y una poderosa raíz, que lo
aferran a la tierra para que no corra peligro con los meteoritos que algún
distraído vio caer. Dicen los que saben que la raíz es tan grande como su copa.
Si usted quiere conocerlo véngase nomás a mi pueblo, acá arriba a la derecha
ahicito nomás del lucero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario