"Absorto" por Damián
He visto amigos aspirar hasta su
alma en locales muertos de humo y fermentación. He visto que su abstracción de
la realidad es más confortable que la vida misma. “Es más bello morir como un
buen hombre que como un monstruo ajeno a su entorno” me dijo una noche mi viejo
amigo, aturdido con la pasta base y tumbado al costado de un botecito en
aquella caleta de recuerdos de Lebu. Al cual
observaba y no veía más que un hombre alejado de parámetros y estándares
comunes. Esos que nos cuadran en un círculo de convivencia lineal y que
restringe la demostración exagerada de las emociones para no invadir el espacio
síquico del otro.
Pasividad individualista de la que
huí esa misma noche junto a mi viejo amigo, elevados por el efecto del humo
abrazador y cariñoso de la hierba y los químicos.
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