"Ngenechén y el Profeta" por Llatha Yaku
El Señor de la Tierra caminaba por el cerro cuando en Lebu comenzó a llover. Vio que la lluvia traía su color más antiguo; avanzó entre las piedras hasta llegar al hombre.
Negenechén reconoció al niño alimentado de leche cuajada y miel; al pescador descalzo en la orilla del río...
Desenclavó carne y huesos. Devolvió a las zarzas las espinas. Entonces, la lluvia se hizo grávida, y ascendió sus aves, hasta alcanzar ese color sagrado que acaba en cordillera.
-¿Conoces a mi Padre? -preguntó el hombre.
-Lo que conocido por ti... por lo que has sembrado... eres un hijo digno de esta Tierra... los hombres, ya aprenderán...
-Los seres humanos ya no creen que mi Padre sea un dios... tal vez ahora sí pueda comunicarme con ellos...
Cada tarde, el cerro se vuelve a cubrir con los pájaros del milagro.
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