Colibrí
El día que en el reino de Lebu se
difundió la noticia de que todas las embarazadas alumbrarían a la vez, los
fabricantes de canastillas saltaron de júbilo. No interesaba que hubiera una
explosión demográfica, ni que la gente no cupiera en las calles.
Los ginecólogos, no darían abasto,
debían asegurar que no hubiera mortalidad infantil. El ejército ofreció mantas,
casas de campañas y comidas rápidas para las recién paridas. Su Santidad,
propuso bautismos masivos. Los ministros corrían de un lugar a otro intentando
sofocar la situación y esclarecerlo todo.
En cuanto el rey anunció que
intervendría en el asunto, los de la prensa sensacionalista se apresuraron en
aclarar la situación y desmentir la noticia.
–Fue solo una broma por el día de los Santos
Inocentes - aseguraron.
Lo que nadie imaginaba que a causa
del susto, las once mil vírgenes
alumbrarían a la vez.
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