domingo, 29 de septiembre de 2013

10 EL ASALTO

Colibrí
Hacía años que el viejo Guillermo no visitaba la ciudad de Lebu, pero esa  Navidad, prefirió el alcohol a la comida familiar. Dando traspié cruzó la avenida y se internó en el parque donde bebió la última gota de aquel líquido. Entrecerrando los párpados fue cayendo en uno de esos letargos profundos que lo amodorraba por completo. Le pareció sentir la presencia de alguien que le iba desbastando las fuerzas, robándole facultades. ¿Sería un exterminador de beodos que le haría sufrir su acción violenta? No quedaba otra que  convertir la embriaguez en coraje. Los nervios le facilitaron el impulso y empujó al agresor contra un cantero derribándolo. Lo vio quieto, sin sangre, ¿muerto? Temblaba de pánico por las  fuertes las sacudidas que le hizo abrir los ojos y ver el rostro del policía que lo zarandeaba

- ¿Usted no sabe que está prohibido dormir en los parques?

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