domingo, 29 de septiembre de 2013

08 WHASSAPEAR

Benavides
Recibí un mensaje de mi mujer: “Creo que dormiré. Mándame un whatsapp cuando lleguemos a Lebu. Te quiero”.
Caía la noche y el tren se abocaba a la pereza de los trayectos de largo recorrido. Iniciamos este viaje tratando de salvar el abismo que horadaba nuestro matrimonio.
Respondí: “Descansa. Yo seguiré en el vagón cafetería”.
El sol, anaranjado tras la ventanilla, se desplomaba sobre una loma y difuminaba el paisaje. ¡Mágico momento!, el día transitaba noche.

Nuestro matrimonio también transitó el día que empezamos a whasappear. Y es que esta aplicación acercaba las palabras y alejaba los cuerpos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario