jueves, 23 de noviembre de 2017

011.- EL DIARIO DE VIDA

“…imaginaría este trayecto hasta ver el mar”. Así terminaba el último párrafo del diario de vida, que alguien había dejado sobre la lápida en el cementerio simbólico de Lebu; lugar que acoge las tumbas sin cuerpo de los pescadores que han desaparecido en el mar. Aquellos que con desesperación y miedo han sido capturados por las olas, abrazados por las algas, encadenados celosamente a las profundidades. Pero la historia de esta tumba era diferente, aun cuando sus características confluyen en la desaparición y en la muerte. Podemos suponer en común la hipotermia que le habrá vencido, quizás sus heridas o el cansancio en su contra tratando de remontar a la superficie y finalmente la asfixia. Esta tumba recordaba a un cuerpo que no se esfumó en el oleaje del mar, tampoco el brilló del sol o la luna lo cubrió por momentos. Esta era la de un minero desaparecido en la profundidad de la tierra.
Serrana Donoso

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