Bajo
el paraguas cubro mi rostro, mi cuerpo, mi espanto. Bajo el paraguas protejo mi
integridad, cobijo mis miedos, los escondo. Bajo el paraguas me refugio de la
lluvia de Lebu, un manto de aguas que caen y me humedecen, purifican mi cuerpo,
me levantan.
Bajo
este paraguas vuelvo a ser yo. La lluvia cae y yo camino, sigo mi rumbo sin nadie
que detenga mi andar. Ahora, no hay quejas ni penar, sigo sin saber por qué
llorar.
Membrillo Verde
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