Diez
años pasaron desde que partí. A pesar de no extrañarte, siento no tenerte, mas
solo perderte por haber emigrado a un nuevo lugar.
Recuerdo esos aires de grandeza que me diste,
aquel rugido del intrépido mar o el esfuerzo del minero por sustento. Quizás
mañana vuelva a verte, o quizás algún día regrese, aún no lo sé.
Lo
cierto es que, mi Lebu querido, te extraño y sigo extrañándote, como si mi
partida hubiera sido ayer. Siento lamentarme que el mañana no llegará, y el
regreso sólo será un éxodo hacia otro lugar.
Membrillo Verde
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