Alguna vez hubo dioses entre nosotros; admirables en más de
un sentido. Pero el ser humano conoció a la envidia, la hizo emperatriz del
mundo. Ésta mandó a cegar a millones, culpando de ello a las divinidades,
quienes se exiliaron en el mar. Se dice que el día que la humanidad quiera ver
otra vez lo realmente valioso, desde el faro de Lebu podrá avisarles a los
dioses que es tiempo de que vuelvan.
Peter Petersen
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