Recuerdo
alguna vez cómo se incendiaba mi casa. Entre llamas, veía las vigas caer, las
paredes de fuego prenden y gran cantidad de humo, ascender por los aires.Tratando
de buscar una salida, cubría mi cabeza con mis manos, cuidando de no quemar mis
pies ni sentir calor en mi piel.
Todo
volviéndose cenizas, que el viento fuerte más tarde disipó. Un hogar en el que
alguna vez este hombre vivió y ahora, sólo de ruinas y recuerdos, se vale para
decir que esta tierra una vez amó.
Sentado en la arena a orillas del mar,
contemplo el bello atardecer. La puesta del Sol me hace recordar que un gran
barco está pronto a llegar. Sin señal de su arribo, cojo una concha de caracol,
y en mis oídos resuena el rugir del intrépido mar, como aquel devastador
incendio que llevó todos los recuerdos vividos a mi más íntimo pesar. Lebu, hoy
ya eres mi historia.
Membrillo Verde
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