Escrito
estaba en la plaza que una sangrienta batalla alguna vez se vivió. Un
enfrentamiento entre mapuches y españoles, donde el europeo hizo historia y el
indígena, dejó su huella.
Los
años pasan y se vuelve aristócrata. Se construyen casas, mercados y la
municipalidad. Todo tan colonial, el hito de una tradición minera, o un simple
resguardo del tren a vapor inglés.
Lebu,
la historia tejiste con el correr del tiempo. Tus aguas bañan las tierras
paganas, el puerto donde alguna vez más de algún barco arribó.
Hoy
te abres al mundo, muestras tu faceta turística al chileno, desde hermosas
playas hasta la conservación del patrimonio minero. Pero sigues siendo igual,
un pueblo que me vio nacer y crecer. Una casa en la que alguna vez viví, un
legado que dejé atrás al partir. Hoy, te recuerdo desde lejos que sureño fui, y
esa carta que entre líneas escribí, con orgullo, te la dedico a ti.
Membrillo Verde
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