"Hoy es el día más hermoso querida Lebu. Esta
mañana, hace buen tiempo y el mar está tan sereno que me infunde tremendas
ganas de hacer una buena aventura de pesca".
Mientras cabalgaba por las tibias arenas de la Playa
Grande, tropezó con varios trozos de madera que le recordaron la pesadilla
que le invadió anoche "una dolorida sirena sale del mar pidiéndole
algo que el zumbido de la marejada le impide oír". En su cultura hispano-mapuche,
algunos "pewma" eran premoniciones de futuro, pero no quería
recapacitar sobre un enigma y prosiguió su cabalgada hasta el Cerro Tucapel.
Instalado sobre un roquerío, los crucifijos del
cementerio simbólico empezaron a moverse señalándole al mar, a un cuerpo
flotante. Nadó deprisa y lo sacó fuera. Era un pescador lívido y... muerto. Le
insufló aire boca a boca hasta que expulsó la muerte y respiró
profundamente.
El caballero de noble figura partió, luego, a donde
necesitaban su cooperación.
MH-Oceanito
Maravillosa narración inspirada en el Quijote. Magnífica historia.
ResponderEliminarMuy linda quijotada.Enhorabuena al autor de este microrrelato.
ResponderEliminarMuy buena inspiración, el viejo de la triste figura es también de noble figura.
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