jueves, 28 de noviembre de 2019

011.- EL TORMENTO


Le acariciaban sus pasos los árboles, como persiguiéndole. Le atormentaba más el hecho de que un día gris podría sucumbir, así arruinando su saco lleno de malos recuerdos. En el agobio de su pulso, se percató que el alma seguía expulsando sangre.
Preocupado, cesaba su ánimo, la pala pesaba aún más y la única opción que quería pensar era la de decaerse. Un otoño más pesado y a pocos kilómetros de Lebu, con eso le bastaba para desfallecer.
Analizó un tucúquere posado sobre la rama más cercana, el animal posaba su mirada inexpresiva sobre él, con las pocas fuerzas que le quedaban trató de ahuyentar al ser nocturno. Abrumado por su presencia, en un intento de tirarle el único utensilio que poseía a su disposición, acompañados con ráfagas, una bandada de búhos voló en dirección hacia su torso, sin ningún intento de liberarse, cedió a éstas a que arrebaten lo último que le quedaba: su vida.
Noailles


1 comentario:

  1. Interesante el como una persona tras ceder por sus cargas, angustias y tormentos llegó a cesar de su propia vida. Y con lenguaje poetico!

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