viernes, 7 de octubre de 2016

003. CARBÓN

Ariel Augusto Aimone, triple A le llamaban, era mi abuelo materno. Llegó de tierras lejanas de Chile, de profesión minero en Lebu. Quiso escapar de su destino pero siguió realizando el mismo trabajo allende el océano. Recaló en una pequeña localidad de estribaciones de la sierra del Brezo. Era el mejor picando y barrenando la antracita o levantando el martillo picador de ocho kilos con un sólo brazo, en ratoneras de 30 centímetros. Contra todo pronóstico murió a avanzada edad, pero lo que le remató fue el fallecimiento de su único hijo varón, mi padre, en un desgraciado accidente en la mina de san Claudio. Se inundó una galería por la rotura de un acuífero. Ariel pereció apenas seis semanas después del duro golpe. Su mujer y sus tres hijas lo lloraron durante meses. Aún hoy, en un perdida localidad de la Peña, le recuerdan con entrañable cariño.  

Artemisia

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